El uso de factura en formato físico afecta considerablemente al medioambiente. Además, en una compañía que tiene 27 millones de clientes en el mundo, el coste mensual de envíos, el propio papel, los sobres, etc, supone un gasto de millones de euros al año.
Aqualia nos solicitó crear una campaña que fomentara el uso de la factura electrónica.
Para incentivar más a los menos comprometidos con el planeta, desarrollamos una acción en la que sorteamos unas tablets entre todos los clientes que se cambiaran de la factura en papel a la factura electrónica. Visualmente convertimos nuestras tablets en destructores de papel y al mismo tiempo en generadores de espacios naturales. Porque menos consumo de papel significa más y mejor medioambiente.